Lengua ticuna en riesgo de desaparición, UNAL busca preservarla a través de talleres
De las más de 65 lenguas indígenas que se hablan en Colombia, al menos la mitad están en riesgo de desaparecer; una de ellas es la ticuna o magütá, que en la Amazonia colombiana la hablan alrededor de 8.000 personas. Aunque los mayores son quienes todavía se comunican con ella, no sucede lo mismo con las nuevas generaciones. Para ofrecer una mayor comprensión de su importancia y uso, la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Amazonia realiza talleres semanales que son conducidos por abuelos y sabedores.
El lingüista Abel Antonio Santos Angarita, doctor en
Estudios Amazónicos de la UNAL Sede Amazonia, explica que “la lengua ticuna es
la única perteneciente a la familia lingüística del mismo nombre, y aunque
comparte algunos rasgos tipológicos con otras lenguas de la región, no se ha
podido detectar ningún parentesco genealógico con otras lenguas amazónicas, por
lo que se considera como una lengua aislada”.
“Sin embargo es esencial preservarla, porque más allá de los
elementos fonéticos, morfológicos, semánticos, fonológicos y sintácticos
propios de los lenguajes, si esta no se imparte se pierde el contenido de lo
que es el territorio, el agua, el calendario ecológico, el saber, la existencia
misma, y lo que llamamos el buen vivir”.
Durante más de dos décadas de estudio, el experto de origen
ticuna, líder el curso “Lengua magutá”, ha identificado una red de tejidos del
sistema de socialización y adquisición de esta, como por ejemplo la
participación en las actividades cotidianas de la comunidad, los ritos, la
siembra, los momentos de alimentación, las mingas (trabajo colaborativo), las
conversaciones nocturnas, el proceso de gestación, el cuerpo, el territorio o
la medicina tradicional.
En 2017, la investigación adelantada por la profesora María Emilia Montes,
del Departamento de Lingüística de la UNAL, evidenció que los integrantes
de este grupo indígena –ubicado en la Amazonia entre Colombia, Brasil y Perú–
usan verbos para describir si un objeto o persona es, por ejemplo, “grande”,
“rojo”, “azul”, “bonito” o “pequeño”.
“Así, si se aproximara al español, en ticuna se diría ‘mi
zapato que negrea’ para describir ‘mi zapato es negro’, ‘la novia que bonitea’
para decir que ‘la novia es bonita’, o ‘mi primo que chiquitea’ para decir ‘mi
primo es chiquito’”. De otra parte, a diferencia de lo que pasa en el español o
el inglés, en el ticuna los adjetivos no funcionan como clases independientes.
Talleres semanales
Desde febrero pasado, abuelos y sabedores se dan cita en la
maloca de la UNAL Sede Amazonia con los asistentes a los talleres que se
realizan dos veces por semana (miércoles y viernes de 6 a 8 de la noche). Allí,
al finalizar el día, reunidos alrededor del fuego, hablan de sus mitos,
leyendas y costumbres.
Durante su intervención, la sabedora les dijo a los
asistentes que estos calendarios son esenciales porque mantienen vigente el
conocimiento tradicional indígena, en el que la lengua juega un papel
fundamental. Como resultado de este ejercicio, los participantes del taller
deben elaborar una interpretación de lo narrado para compartirla con todos.
Para Mariana Aristizábal, del Centro de Pensamiento
Amazonias de la UNAL Sede Amazonia (Cepam-UNAL), quien apoya esta iniciativa,
“la Sede tiene un papel relevante con respecto a la revitalización de la
identidad indígena entre la población local”.
“Como una de las instituciones con mayor reconocimiento
nacional y centro de investigaciones en diferentes campos, la UNAL es el punto
de encuentro entre el conocimiento según estándares internacionales y el
conocimiento milenario de las comunidades indígenas”, concluye.
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