El diseño como una puerta para el futuro de la arqueología en Colombia

En el diseño de sus vasijas, cuencos o máscaras, las sociedades indígenas utilizaban formas cuyo significado no se ha comprendido del todo por la sociedad moderna; una explicación estaría en que la mayoría de las investigaciones han indagado sobre aspectos místicos y de rituales, pero no sobre el proceso de elaboración de los objetos en sí. Para entender mejor la historia de lo que realmente vivían las comunidades en su cotidianidad es necesario hacer un abordaje más integral.

El diseñador industrial Óscar Calvo Álvarez, candidato a doctor en Antropología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), afirma que “aún está en mora la construcción de investigaciones relacionadas con otras perspectivas de la arqueología del diseño, que le den la relevancia necesaria al cómo y con qué practicas cotidianas estas comunidades se acercaban al diseño de un objeto”.

Cómo parte de su investigación, el diseñador ha revisado la composición visual de cerámicas indígenas, en especial las elaboradas en el periodo temprano –entre 1200 a. C. y 700 d. C.– del valle geográfico del río Cauca, también conocido como Malagana o el Bolo temprano.

Para ello ha aplicado la “estructura de diseño”, una metodología en la que se busca reconocer tanto el pensamiento de estas comunidades en cuanto a sus prácticas cotidianas como las razones por las que en dichas zonas geográficas aparecen estas piezas.

“Comunidades como los embera chami, que se concentran en Risaralda con el 55,1 % de la población, entre el río San Juan y los municipios de Pueblo Rico y Mistrató, tienen una serie de vasijas y recipientes cuya elaboración tiene en cuenta todo un proceso de conexión con la naturaleza, que no obedece simplemente a una configuración normal de una persona que no está inmersa en sus dinámicas, por lo que fabricar una de sus piezas se necesita obtener una energía específica”, señala el diseñador.

Pero eso no es todo, también recuerda el diseño de algunas comunidades indígenas de Vaupés, que durante la elaboración de los “cacurí”, trampas o redes de pesca, tienen que seguir estrictos lineamientos, como abstenerse de tener relaciones sexuales por unos días, y además llevar una dieta especial en la que la comida picante debe ser descartada de inmediato.


También se encontró el caso del pueblo andoque, cuyos integrantes son llamados como la “gente del hacha” –habitan el sur de la Amazonia colombiana–, pues eran conocidos por excavar algunas tumbas de comunidades pasadas para sacar precisamente las hachas de metal para sus actividades cotidianas como la caza.

“El entendimiento de estas dinámicas ayuda a darle otra dimensión a las cerámicas, pues obedecen a diversas tareas que no necesariamente son rituales o místicas”, asegura el experto.

Añade que, son pocos los estudios que desde el diseño buscan comprender el proceso y la fabricación de objetos en estas sociedades precolombinas, y además en arqueología el estudio de la  elaboración se ha concentrado en el resultado final, en particular si la decoración es muy marcada en los objetos, lo cual le resta importancia a lo que soporta la creación y a las formas de los artefactos.

elaboración se ha concentrado en el resultado final, en particular si la decoración es muy marcada en los objetos, lo cual le resta importancia a lo que soporta la creación y a las formas de los artefactos.

En ese sentido, introduce un concepto clave y muy innovador para unir las dos disciplinas: la arqueología cognitiva, un campo que, según dice, se debe seguir explorando e implementando.

En este enfoque se trata de comprender la configuración de cada parte y paso de los artefactos, ya sea desde su composición y técnica hasta sus detalles más simbólicos, entendiendo el proceso como una evolución constante de las prácticas de las comunidades y su día a día.

“En los investigadores hay un sesgo importante a la hora de qué escoger para analizar en la arqueología, pues generalmente se van por lo más vistoso, lo que tiene una mayor decoración, por ejemplo, una máscara fúnebre; sin embargo, se dejan por fuera recipientes tan cotidianos como cuencos de comida, en los que la cocina y un rastro de algún alimento allí permiten pensar en la dinámica con la que fabricaban y determinaban la forma de estos objetos”, afirma.

Los aportes del investigador Calvo se presentaron en la cuarta edición del Congreso Internacional de Investigación en Diseño, realizado en la UNAL, que contó con reconocidos expertos tanto nacionales como internacionales, quienes se dieron cita para hablar acerca del papel del diseño en la época actual, teniendo algunas líneas principales como: la forma de abordar las realidades sociales y las políticas públicas desde el diseño, así como la teoría e historia de esta disciplina y su proyección a futuro.

El Congreso se realizó en el Edificio Nuevo Espacio para las Artes de la UNAL, y la transmisión se puede encontrar en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=tj60Rx3JE1g.

 



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